DESAFÍOS A LA HUMANIDAD
Frei Betto, OP
Las recientes manifestaciones en Hong Kong contra
la política proteccionista de la OMC (Organización
Mundial del Comercio) confirman que el mundo unipolar, hegemonizado
por el poderío económico, militar e ideológico
de los EE.UU., representa una seria amenaza para el futuro de
la humanidad. De los seis mil trescientos millones de gentes que
habitamos el planeta, según la ONU 4 mil millones viven
por debajo de la línea de pobreza, con una renta per cápita
mensual menor de US$ 60.
El fenómeno de la globalización es,
de hecho, una globocolonización, o sea la imposición
del modelo de sociedad anglosajona a los demás países
del mundo. Agravada toda esa asimetría por el creciente
desequilibrio ambiental y por la equivocada búsqueda de
la paz a través de la imposición por las armas y
no mediante la promoción de la justicia, como sugirió
el profeta Isaías ocho siglos antes de Cristo.
Los desafíos planteados hoy día a
la humanidad pueden ser resumidos en ocho puntos:
1) Reducción del hambre, de la pobreza y
de la desigualdad social, que son las auténticas “armas
de destrucción masiva”, que sacrifican, según
la FAO, al menos 24 mil vidas cada día. Entre los factores
de muerte precoz el hambre supera a las enfermedades (cáncer,
sida…), los accidentes de tránsito y de trabajo,
la violencia (guerras, terrorismo, asesinatos). Sin embargo el
planeta produce alimentos suficientes para once mil millones de
bocas. El problema pues no es el exceso de bocas ni la falta de
alimentos sino de justicia, sobre todo de compartir los bienes
de la Tierra y los frutos del trabajo humano.
2) Respeto a la soberanía y a la autodeterminación
de los pueblos. Los organismos multilaterales deben evitar su
manipulación por parte de las grandes potencias. Detrás
de tratados supuestamente orientados al intercambio entre naciones
se esconden mecanismos crueles de neocolonialismo. Nadie es capaz
de imaginar una base cubana en las costas de California, y eso
provocaría un gran despliegue de los medios de comunicación.
Sin embargo hay una base norteamericana en las costas de Cuba,
Guantánamo, sin que ello cause la reacción indignada
de los medios internacionales. Una nación como Puerto Rico
permanece desde 1898 bajo tutela norteamericana. Bases militares
norteamericanas se reparten por el mundo, en una flagrante ingerencia
en la seguridad interna de los países anfitriones y de
sus vecinos.
3) Fortalecimiento de la ciudadanía y de
la democracia. El conjunto de la población tiene el derecho
a organizarse por grupos de intereses, para defenderse y reivindicar
sus derechos. La ciudadanía debe basarse en el pleno reconocimiento
de la dignidad de cada ser humano, independientemente de su condición
sexual, étnica, religiosa y social. Urge asegurar a todos
alimentación, salud y educación, trabajo, cultura
y solaz, vivienda y el derecho a la felicidad. La democracia alcanzará
su plenitud cuando conjugue la libertad política con la
justicia social, de modo que todos tengan una renta suficiente
que les garantice calidad de vida y plenas condiciones de desarrollo
humano.
4) Protección del medio ambiente. El planeta
está en vísperas de agotar su potencial energético,
se da una gran amenaza a su biodiversidad, las condiciones climáticas
se alteran año con año. Sin un nuevo paradigma de
relación entre el ser humano y la naturaleza la progresiva
degradación ambiental irá aumentando los casos de
enfermedades que contribuirán al desequilibrio ecológico,
perjudicando las fuentes de producción de agua potable
y de alimentos.
5) Respeto al pluralismo religioso, a la diversidad
de modelos políticos y el fin de las discriminaciones sexuales
y étnicas. La intolerancia religiosa podrá multiplicar
las típicas reacciones de actitudes fundamentalistas. De
ahí la importancia de favorecer el diálogo interreligioso.
Los modelos de organización política de nuestras
sociedades deben respetar la idiosincrasia de cada pueblo. Los
nuevos roles sexuales necesitan ser encarados con respeto, y las
diferencias étnicas como factor de enriquecimiento de la
convivencia humana.
6) Solidaridad entre las naciones. Todos somos
pasajeros de esta nave espacial llamada planeta Tierra. Los recursos
son limitados y deben ser distribuidos con justicia y utilizados
con moderación. Por lo mismo se necesita erradicar la competitividad,
la opresión y el colonialismo, que tanto perjudican la
convivencia entre las naciones. Resulta urgente el fortalecer
en las nuevas generaciones la conciencia de que somos una sola
familia humana, y la singularidad de cada pueblo no debe constituir
un factor de prejuicio, de discriminación, de agresión
o de imposición de modelos extraños a su historia
y a su índole.
7) Superar la economía de la carencia, que
afecta hoy a dos tercios de la humanidad, obligados a sobrevivir
en condiciones infrahumanas, así como la de abundancia,
que permite a unos pocos países la apropiación indebida
y exagerada de riquezas y recursos que, en principio, pertenecen
al conjunto de la humanidad. La economía de la suficiencia
debe asegurar a cada persona y a cada pueblo condiciones dignas
de vida y la plena realización de su potencial humano.
8) Fortalecer la cultura que identifica la naturaleza
sagrada de cada persona, su dignidad irreductible y su derecho
inalienable a una vida feliz. Cada uno de nosotros es el centro
del Universo, y el don de la vida es el valor supremo que debe
ser preservado, perfeccionado y alentado, de modo que se evite
toda banalización de la existencia, así como los
factores que contribuyan a amenazarla, a destruirla o a desvalorizarla.
Seremos verdaderamente humanos cuando la felicidad sobrepase las
condiciones materiales de vida y alcance su vocación de
trascendencia, elevando el espíritu humano a las alturas
de la infinitud, preanunciadas ya en el arte, en la mística
religiosa y sobre todo en el amor.
Frei Betto es escritor, autor de “La Obra
del Artista. Una visión holística del Universo”,
entre otros libros.
Traducción de J.l.Burguet. 16-12-05
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